Carlitos – Profe, es que no me gusta Bach…
Profe – Carlos, tú quieres ser cura pero no te gusta Jesucristo…
Bach no tiene la culpa.
Carlitos tampoco.
Honesta guía que enseñará a los amantes del teclado, y especialmente a aquellos ávidos de instrucción, una manera clara de no solo (1) aprender a tocar limpiamente a dos voces sino también, tras ulterior progreso, (2) ejecutar correcta y cómodamente, tres partes en obligatto; y con ello, no solo obtienen unas buenas invenciones sino que también aprenden a componerlas bien; pero sobre todo, a conseguir un estilo de ejecución cantable mientras se inician firmemente en el gusto por la composición.
CONCEPTO
La presente edición de las invenciones de Bach es tanto un método pedagógico como una colección de arte gráfico.
Como método, se basa en la delimitación de los motivos musicales en dibujos/figuras objeto de estudio y atención.
Como obra gráfica, cada invención se presenta en un cuaderno-tríptico. Este incluye ilustraciones representativas de los diferentes bloques formales. La finalidad es obvia… la inmediatez de la comprensión del dibujo supone, en sí, la inmediatez de la comprensión de la música, tanto a nivel macro como microformal.
INNOVACIÓN
La historia de las partituras ilustradas no es breve. Desde los años 60 del pasado siglo se vienen produciendo ilustraciones artísticas que utilizan la notación musical como sustrato. Podemos encontrar desde partituras decoradas con motivos ornamentales hasta obras originales que utilizan su propia grafía para trascender el contenido sonoro, a modo de «caligramas musicales».
Pero encontramos un aspecto innovador en estos cuadernos: las láminas son, más allá de su estética, partituras incrustadas en el propio material gráfico. Nos hallamos ante una representación en dibujos de la propia composición, de su estructura, de sus técnicas.
PROPÓSITO
La lectura de esta música insertada en formas gráficas no puede ser fluida. Es precisamente la discontinuidad a la que obliga, la que condiciona la interiorización de elementos asumibles, fácilmente aprehensibles, desterrando una pauta de lectura mecánica, repetitiva, inconsciente, con la que tan a menudo se aborda esta maravillosa colección.
Emilio Álvarez Cid
La realidad pedagógica es tozuda. No todos los jóvenes disfrutan igualmente de la abstracción sonora. Numerosos estudiantes, a veces bien dotados para este arte, se instalan en la apatía ante la especulación musical del maestro Bach.
Y sí, esta abstracción, a veces, no se digiere bien… por refinada que sea.
Hace ya años que adopté la costumbre, por razones tanto didácticas como lúdicas, de dibujar en las partituras de mis alumnos, y muy especialmente los de cierta edad, figuras geométricas o formas cotidianas que englobasen los diferentes elementos de la composición.
A principios de 2013, al finalizar el trabajo con una de sus piezas, y contemplando el collage en que había resultado el texto musical, le preguntaba a Andrea ¿qué te parecería si la partitura estuviese dibujada desde el principio? Una respuesta entusiasta: ¡Sería una pasada!, alumbró instantáneamente la idea.
La elección de las invenciones de Bach para poner en práctica el presente método de lectura e interiorización de la música no fue casual. Mi propia experiencia pedagógica –y me atrevo a aventurar que la ajena– testimoniaba una realidad recurrente: la destreza instrumental que capacita a un alumno para su ejecución, pocas veces se complementa con una consciencia musical suficientemente madura y a la altura de su complejidad.
He tenido tiempo de recoger, personalmente, suficientes frutos de este proceso pedagógico-editorial. Los he disfrutado de primera mano y contemplado en ellos el alcance de la conjunción de lo visual y lo auditivo. Es para mí un placer compartir el trabajo. Esta web anuncia su publicación.
Fragmentos de ilustraciones: detalles de las invenciones 1 y 4.